Ismael Clark: “La parte social del fútbol es lo que más echo de menos”

Fútbol como complemento épico de la música. Con eso flirteó Ismael Clark, quien puso la guinda a uno de sus temas más célebres, El Gol de l’Any, con la narración de Joan Maria Pou del famoso gol que Leo Messi le marcó al Getafe. El compositor santboiano, afincado en Inglaterra, tituló de la misma manera su segundo álbum en solitario, porque cree que el fútbol puede actuar como lo que es: una gran metáfora de la vida.

Después de Manouvres of a Romance (2014), El Gol de l’Any (2017) y La Gràcia d’Esculpir un Elefant (2019), Ismael Clark ya va por su cuarto disco. Para promocionarlo, convencido de poder hermanar culturas, incluye en su vídeo un choque de manos entre Pep Guardiola y Noel Gallagher. A cada cuál más inspirador.

¿Qué tal, Ismael? Imagino que, como a todos, el COVID te ha cambiado algo la vida.

Sí, claro. Entre fronteras cerradas, vuelos cancelados y cuarentenas, hará casi un año que no veo a mi familia. Pero confío en poder volver a casa por Navidad como el Turrón El Almendro.

Lo que no ha cambiado es tu vocación musical, que sigue más viva que nunca con los preparativos del nuevo álbum.

Siempre necesito tener un disco nuevo en la cabeza, un estímulo creativo, sino me aburro.

¿Dónde encuentra Ismael Clark su fuente de inspiración a la hora de componer?

La inspiración puede venir de cualquier parte y en cualquier lugar. No necesito estar mirando una puesta de sol en el mar con la guitarra en la mano. Puedo estar en el autobús, en el WC o comprando en el Lidl para que, de pronto, me venga a la cabeza esa frase o melodía que necesitaba para cerrar un estribillo. La inspiración no sé exactamente de dónde viene, pero sí sé que la mayoría de las veces hay que picar piedra para encontrarla. Cuando sale el tema de las musas siempre me viene a la cabeza lo que dijo Leonard Cohen cuando le preguntaron de dónde venía la inspiración: “si supiera de dónde viene, iría allí más a menudo”.

En algunos casos es evidente que la has encontrado en el fútbol. ¿Cómo explicas el título de tu disco (y canción): El Gol de l’Any?

Pues mira, venía de hacer un disco debut en inglés en el que básicamente me lamía las heridas. Lo típico del cantautor torturado: “oh, pobre yo, qué solo estoy y qué trágica es la existencia” [risas]. Y la verdad es que al empezar a escribir en catalán encontré otra voz, otra manera de explicar las cosas que era más yo -claro-, más honesta y que, en este caso, era más de celebrar la vida o, como mínimo, intentar valorar al máximo lo que tenemos.

Imagino que hay que entenderlo como una metáfora. Porque un gol, conceptualmente, puede compararse con muchas cosas.

Claro. A eso iba cuando te decía lo de valorar al máximo lo que tienes. No solo valorarlo, sino celebrarlo como si fuera el gol del año. Aquel que te hace subir a Primera o no bajar. El que te hace ganar una Champions o un Mundial.

Y lo de meter la narración del gol de Messi al Getafe al final del tema, ¿cómo se te ocurrió?

Porque era una narración que recordaba con especial cariño. Ese gol no te hacía ganar nada, pero fue tan brutal que hizo enloquecer a muchos en el momento. Yo diría que tanto a culés como a no culés.

¿Ves a Messi capaz de volver a marcar ese gol?

Me temo que no. Ya no es un chavalín y con los años obviamente ha perdido explosividad y se ha tenido que ir reciclando en un jugador distinto. Pero es que aún ahora, a sus 33 años, da gusto verlo jugar; sus goles, su visión de juego, su clase… yo no he visto otra cosa igual.

Por cierto ¿te ha reclamado Joan Maria Pou sus debidos royalties? [Risas]

[Risas] No, no me ha comentado nada al respecto. De hecho, pusieron la canción más de una vez en el programa y me hicieron un poco de promo.

¿Qué papel juega el fútbol en tu historia personal?

En mi casa y en mi entorno siempre ha habido fútbol desde que tengo memoria. En la tele o en la radio, siempre estaba allí. Muchos recuerdos de mi infancia van asociados al fútbol. Recuerdo con especial cariño subir a casa de mis abuelos paternos y estar sentado en la mesa con ellos, brasero en marcha, con mi abuela rascándome la espalda (se me caía la baba y todo del placer) y mi abuelo con la radio en la mesa escuchando el Carrusel Deportivo. Los dos, como mi padre, eran del Atleti. El fútbol siempre ha estado presente. Incluso hoy en día, soy incapaz de dormirme si no es con los auriculares escuchando la tertulia de fútbol de Rac 1.

¿Hasta qué punto crees que el fútbol puede marcar nuestra relación con los demás o nuestra vida social en general?

La parte social del fútbol es lo que más echo de menos de vivir en Catalunya y, en general, del fútbol antes del COVID. El hecho de ir al bar cada tres o cuatro días con mi hermano, mi tío, mis amigos, etc. Echo en falta lo de tomarnos unas cervezas mientras simulamos -especialmente yo- que somos analistas expertos, celebrar goles o quejarnos del tostón que acabamos de ver. Lo que fuera, pero lo echo mucho de menos.

Por cierto, en la promo de tu nuevo disco aparecen Pep Guardiola y Noel Gallagher con un mensaje claro: hermanar culturas. ¿Puedes explicarlo?

Bueno, tanto Pep como Noel son personas de mundos distintos que me han hecho disfrutar mucho. En el caso de Guardiola, especialmente durante sus años dorados como entrenador del Barça. Me hizo como una ilusión tonta que el destino los juntara en Mánchester. Tengo familia y amigos en Inglaterra y en Catalunya y ellos son una buena parte de los que están apoyando mi campaña de Verkami para poder grabar mi nuevo disco, así que, en ese sentido, el disco hermana a Inglaterra y Catalunya.

¿Se puede decir que son dos de tus ídolos o figuras más inspiradoras?

Supongo que sí, por razones muy distintas, pero sí. En el caso de Noel es más un ídolo de adolescencia de lo que lo pueda ser ahora porque sin Oasis no sé yo si hubiera formado una banda a los 17 años, ¿sabes? Y Guardiola, ¡joder! Pep ha sido el arquitecto del fútbol hecho arte. Me ha hecho disfrutar un partido de fútbol casi como si estuviera en un concierto, con esa exaltación y euforia coral por estar presenciando algo bonito.

Hablando de ídolos, si te pregunto por tres influencias musicales y tres futbolísticas, ¿qué me dices?

Venga, juego: John Lennon, Bob Dylan y Father John Misty en el apartado musical. En el futbolístico: Leo Messi, Ronaldinho y el Guardiola entrenador.

Ah, en el vídeo también aparece el gol de Sergi Roberto. Te va la épica, eh.

Hombre, creo que está bien, de vez en cuando, dar algunas pinceladas de épica a la hora de escribir canciones. Sin pasarse eh, en su justa medida.

Volviendo a lo de Pep y Noel: me da por pensar que eres fan del Manchester City.

La verdad es que en los últimos años he visto más partidos del City que del Barça, pues Guardiola me ofrecía algo más entretenido que los tostones que se han marcado el Barça de Luis Enrique, Valverde y Setién.

¿Qué otros partidos ves en tu tiempo libre?

No tengo tanto tiempo libre, la verdad, pero cuando hay Mundial o Eurocopa intento chuparme todos los partidos posibles.

¿Qué te sugiere el Barça de Koeman?

Pues da la sensación que es un equipo que se está haciendo. Si va a alguna parte o no, eso ya se verá. Me gusta que esté confiando en los jóvenes, aunque me falta Riqui Puig.

Sin embargo, el club que te toca más de cerca es el Portsmouth, ¿verdad?

¡Sí, el ‘Pompey’! Tengo el estadio casi al lado, así que escucho los goles desde casa. Aquí el fútbol se vive de una manera muy tribal, en comunidad. La gente es más del equipo de su ciudad, pueblo o barrio, y lo es a muerte.

¿Has estado en Fratton Park? ¿Qué tal el ambiente?

Sí, he estado varias veces con mi familia de aquí, que son del ‘Pompey’ hasta la médula y también con mi familia catalana cuando han venido a visitarnos. Es una pasada. Han estado en la Premier e incluso han ganado alguna FA Cup. Ahora están en la League One, que es el equivalente de Segunda B en España. Aun así, hasta que irrumpió el puto virus, seguían metiendo a 17.000 personas en el estadio. Lleno a petar. Hacen muchísimo ruido, son famosos por ello. Incluso Mourinho, una vez, los puso como ejemplo de afición ruidosa y entregada.

Ya para terminar, Ismael: si el gol del año 2017 fue tu disco -valga la alegoría-, ¿cuál es el del 2020?

Pues en el terreno personal, el gol del 2020 será, si todo va bien, el de mi cuarto disco. Sacar un álbum, con todo lo que conlleva: hacer las canciones, juntar el dinero que necesitas para grabarlas, producirlas, hacer el artwork, fabricar copias y ponerlo ahí para que la gente lo escuche no es fácil. Así que, si lo acabo consiguiendo, intentaré recordarme a mí mismo que eso hay que celebrarlo como si fuera el gol del año.


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Fotografía de portada de Antonio Benítez

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